Ese oscuro objeto del deseo es una película franco-española, la última dirigida por Luis Buñuel. Se trata de una muy libre adaptación de la novela de Pierre Louys La mujer y el pelele (La femme et le pantin).
En el curso de un viaje en tren, Mathieu Faber cuenta a sus compañeros
de compartimento su historia sentimental con Conchita, una seductora
mujer a la que tratará de conquistar. Sin embargo, ella siempre consigue
eludir sus devaneos, a pesar de darle esperanzas.
En esta su última película, Buñuel vuelve a mostrar con un sentido
del humor corrosivo la frustración que representa un amor no compartido y
el peso que tienen en nuestro mundo la educación cristiana y la
sociedad burguesa. El mejor ejemplo de esta frustración está en el
símbolo que representa la lencería de Conchita, que pasa de ser un
objeto erótico a transformarse en cinturón de castidad indestructible.
Uno de los aspectos más originales de Buñuel en esta película es el
hecho de que escogiera para representar el papel de Conchita a dos
actrices distintas, Carole Bouquet y Ángela Molina.
En febrero de 1977, recién comenzado el rodaje, tuvo que prescindir de Maria Schneider
como protagonista y retomó la idea de unir a dos actrices en el mismo
personaje. Las pruebas realizadas a una debutante Carole Bouquet, de 19
años, y a Ángela Molina, de 21, que ya había trabajado en varias
películas y rodaba con Jaime de Armiñán, fueron satisfactorias.
Si bien parece que cada actriz representa una faceta distinta de la
personalidad de Conchita, una tímida y angelical y otra más racial,
resulta confuso el momento y, sobre todo, el porqué de la aparición de
una u otra, formulándose toda suerte de teorías que pretenden explicar
el hecho.
Luis Buñuel, uno de los mayores genios de la historia del séptimo arte, se despidió del cine con esta infravalorada obra maestra inspirada en la novela de Pierre Louÿs La femme et le pantin (La mujer y el pelele).
El texto de Louÿs ha sido llevado a la gran pantalla en varias ocasiones; destacando, además de la presente adaptación, la que Josef von Sternberg filmó en 1935 junto a Marlene Dietrich en El diablo es una mujer (The Devil is a Woman).
Dejando atrás las experimentaciones narrativas que habían caracterizado a sus anteriores filmes franceses, el maestro aragonés nos ofrece un relato de corte más clásico que utiliza el flashback como recurso esencial de la narración.
La incapacidad del hombre de liberarse de las pulsiones sexuales que lo esclavizan y reducen a un estado precivilizado, las relaciones hombre-mujer basadas en la dicotomía atracción/repulsión, la obsesión amorosa y sexual, la futilidad de la existencia burguesa y las diferencias económicas y de clase, son los principales temas buñuelianos que se tratan a lo largo de una película plagada de simbolismo y metáforas visuales.
El genio de Calanda hace uso de dos actrices que se alternan en diferentes escenas, e incluso dentro una misma, para interpretar a un solo personaje. Su objetivo es plasmar la complejidad y los infinitos matices que componen la personalidad femenina. La Conchita de Carole Bouquet es gélida e inalcanzable; la de Ángela Molina, carnal y vulgarmente cercana; huidizas y manipuladoras ambas. Frente a ellas un soberbio Fernando Rey, actor de porte elegante y señorial como ningún otro, realiza uno de los trabajos más destacados de toda su carrera. El actor gallego casi siempre dio vida a personajes muy similares para Buñuel: maduros de posición social acomodada, que acaban por sucumbir ante los encantos sexuales de alguna hermosa joven. Aquí, en una posición no muy alejada de un masoquismo cómico y patético, se verá expuesto a todo tipo de humillaciones a causa de su obsesión por desflorar (ella le asegura que es virgen) a una mujer despreciable.
Especialmente cruel y degradante resulta la escena en la que Mathieu, impotente, observa a través de la verja de la casa que acaba de comprar a Conchita, cómo esta, tras insultarle y burlarse de él, se acuesta con
otro hombre.
Uno de los elementos más enigmáticos del filme, dando lugar a diversas interpretaciones, es la continua presencia en el mismo de atentados terroristas. Por todos es conocido que Buñuel, antes de morir, tenía en
manos un proyecto que iba a versar sobre el terrorismo (el argumento giraba en torno a una terrorista que, encerrada en su celda, sufría terribles pesadillas), y que probablemente se hubiera convertido en su siguiente película. Parece claro pues, que al director de Los olvidados comenzaba a preocuparle la inseguridad de la sociedad de su tiempo. Todo lo demás son meras elucubraciones.
Ese oscuro objeto del deseo sigue constituyendo, a 35 años de su estreno en Francia, una de las obras testamentarias más excepcionales de todos los tiempos. Un brillante compendio del arte de su imprescindible autor.
ENLACES/FUENTES:
http://es.wikipedia.org/wiki/Ese_oscuro_objeto_del_deseo
Google.com
http://johannes-esculpiendoeltiempo.blogspot.com.ar/2011/08/ese-oscuro-objeto-del-deseo-cet-obscur.html
http://johannes-esculpiendoeltiempo.blogspot.com.ar/search/label/Bu%C3%B1uel
http://kebekmac.blogspot.com.ar/2011/08/bunuel-1977-cet-obscur-objet-du-desir.html
http://moviescreenshots.blogspot.com.ar/2010/11/cet-obscur-objet-du-desir-1977.html
Por qué Mr. Anderson, ¿Por qué lo hace? ¿por qué se levanta? ¿Por qué sigue luchando? ¿De verdad cree que lucha por algo además de por su propia supervivencia? ¿Querría decirme qué es, si es que acaso lo sabe? ¿Es por la libertad? ¿Por la verdad? ¿Tal vez por la paz? ¿Quizás por el amor? Ilusiones Mr. Anderson, desvaríos de la percepción, concepciones temporales de un frágil intelecto humano que trata con desesperación el justificar una existencia sin sentido ni objetivo.