miércoles, 27 de febrero de 2008

EL ALMUERZO DESNUDO Z4 MX VS. Z2 UK VS. Z1 CAN CRONENBERGGGG

Me dedicaré a mostrar las distintas ediciones y analizar sus características técnicas, los comentarios específicos sobre la película prefiero rescatarlos de la red, de gente experta en analizar películas. Es una película compleja y ya, lo mío no es la crítica de cine, sino del soporte. ;-)



EDICION ZONA 4 MEXICANA:



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El DVD es un DVD-9 de 7,372 MB. Incluye la película en formato widescreen anamórfico con audio 2.0 y subtítulos en español.

También incluye la película en formato 4:3 solamente con el audiocomentario subtitulado en español. O sea que si queres ver la peli la vez wide, si queres verla con el audiocomentario solo lo podes hacer en formato 4:3. RARISIMO !!!

El único extra, aparte del audiocomentario de David Cronenberg, es el trailer, subtitulado en español también.



TRAILER SUBTITULADO:

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MENUES VARIOS:

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FORMATO DE CINE VS. 4:3:

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UNA PEQUEÑA RESEÑA:

“El almuerzo desnudo”

Autor: maxvideodrome@yahoo.es

Naked Lunch (1991) / Director: David Cronenberg / Guión: David Cronenberg, sobre la novela de William S. Burroughs / Intérpretes: Peter Weller, Judy Davis, Ian Holm, Julian Sands, Roy Scheider, Monique Mercure, Nicholas Campbell.



El almuerzo desnudo no sólo es la adaptación imposible de la aclamada novela autobiográfica y de título homónimo de William S. Burroughs, sino también una muesca más en el revolver de ese francotirador genial y necesario llamado David Cronenberg. Aunque según muchos era una obra intraducible en imágenes, el arriesgado director canadiense sabía que sus oscuras obsesiones e inquietudes coincidían con las del escritor, de manera que se sintió capacitado para acometer tan dificilísimo reto.



Como resultado de su tarea, creo evidente que se trata de la película más compleja, densa y evocadora de la filmografía del insobornable autor. Es, en definitiva, una pesadilla alucinógena de mucho cuidado que nace de la irrefrenable adicción a las drogas de William Lee/William S. Burroughs, un personaje/escritor que crea un universo propio, particular e intransferible por medio del angustioso proceso creativo artístico, de total y absoluto delirio, donde la lógica y lo racional no existen y hasta diversas criaturas grotescas aparecen de vez en cuando como materialización de sus delirios lisérgicos. Y es, también, una tesis acerca de los infiernos del creador, obligado a despojarse de aquello que lo ata a lo terrenal con el fin de descender a sus cloacas personales y extraer el genio desde las tripas, desde el interior, desnudando sus miserias y sacando a la luz sus demonios.



Partícipe del género negro con muchas pinceladas de surrealismo, fantasía, horror y… Nueva Carne, la película huye de etiquetas y clasificaciones para erigirse en algo casi único en su especie. Y sus virtudes no son, precisamente, escasas: la extraordinaria fotografía del habitual colaborador de Cronenberg, Peter Suschitzky, en tonos marrones, el exquisito diseño artístico que evoca el mundo gris por el que pulula el alienado protagonista, la imaginativa creación de criaturas enfermizas (máquinas de escribir parlantes y orgánicas en forma de bichejos, ciempiés monstruosos o esos extrañísimos seres llamados Mugwumps), las melodías jazzísticas y atmosféricas de Howard Shore o un excelente reparto formado por intérpretes tan adecuados como Peter Weller, Judy Davis, Roy Scheider o Ian Holm.



Fascinante para unos, irritante para otros, es necesario advertir que El almuerzo desnudo no es un plato de fácil digestión. Capaz de desconcertar, descolocar o incluso desesperar, funciona a tantos niveles, posee tantos simbolismos, que se hace imprescindible el revisionado para descubrir nuevas lecturas de una obra extraña y, sin duda, adelantada a su tiempo. Porque el director de Videodrome logra, con maestría, confundir y mezclar la realidad con la alucinación de una mente trastornada por las drogas que, mientras tanto, escribe su propia historia.



¿La clave para su disfrute? Dejarse llevar por sus vericuetos irracionales, esperpénticos. Una hipnótica experiencia sensorial.



FUENTE: http://videodrome.wordpress.com/2006/09 ... o-desnudo/


EDICION INGLESA:

R2 United Kingdom - (Optimum Releasing)



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Commentaries: Audio commentary by David Cronenberg

Extras:

- Naked Making Lunch, a London Weekend Television documentary about the making of the film, directed by Chris Rodley (48:51)

- Interview with producer Jeremy Thomas (21:25)

- Original theatrical trailer (1:28 )

- Photo gallery

- Trailers for other releases: 'American Splendor', 'Elephant' and 'Roger Dodger'

Subtitles: None

Aspect Ratio: 1.78:1 Anamorphic PAL

Soundtrack(s): English Dolby Digital 2.0 Stereo

FUENTE: http://www.dvdcompare.net/comparisons/film.php?fid=2340



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El disco es un DVD-9 de 7,418 MB. El transfer de video ocupa solamente 3,887 MB y con ambas pistas de audio da un total de 4,249 MB lo cual entra facilmente en un DVD-5 (lo mismo se puede hacer con la edición mexicana, partirlo en 2 sin comprimir nada).



SELECCION DE ESCENAS:

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La edición inglesa tiene los mejores extras de la Criterion (el audio comentario del director y el "making of" de casi 50 minutos) y un extra exclusivo (una entrevista de 20 minutos con el productor), pero no incluye ningún tipo de subtítulos en ninguno.



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Segun DVDBeaver.com, que compara la edición inglesa con la edición americana de CRITERION de 2 DISCOS y la edición Holandesa, la calidad de imagen del Criterion y de la edición inglesa es casi idéntica. Coincido.

LINK: http://www.dvdbeaver.com/film/DVDCompar ... dlunch.htm



Se puede adquirir muy barata en Amazon.co.uk

http://www.amazon.co.uk/Naked-Lunch-Pet ... B00022VMJO


EDICION Z1 CANADA:



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SELECCION DE ESCENAS:

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Si, ya sé lo que me van a decir, porque tenés 3 ediciones de una misma película y ninguna es la Criterion de 2 discos ??? ... No te convenía comprarte la Criterion de una y dejarte de joder ??? ... La respuesta es: NO.

Empecé con la edición inglesa porque era muchísimo más económica que la Criterion y traía mejores extras a mi juicio, no siempre 2 discos son mejor que 1. Eso si, está elección significó adquirir un packaging berreta con una carátula poco agraciada y sin booklet contra la hermosura que es cualquier disco de Criterion, tanto por dentro (los mejores menúes y booklets) como por fuera (las mejores carátulas y cajas).

Luego vino mis ganas de conseguir la película Existenz en widescreen anamórfico y con muchos extras y ubiqué que en Canada era el único lugar accesible donde conseguirla. Lamentablemente no encontré la edición individual pero si se seguía vendiendo en un pack de Cronenberg junto con otras 4 películas, una de ellas, NAKED LUNCH.



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Habia leído que el transfer de la edición canadiense era idéntico al de la Criterion, lo cual es cierto. La ventaja es que el audio viene en DOLBY DIGITAL 5.1 de 448Kb/s contra el 2.0 192Kb/s de la edición Criterion o de la Mexicana o el 2.0 224Kb/s de la edición inglesa.

La edición Mexicana no es mía, me la prestó un amigo que viajó a Mexico y se la trajo, tienen el peor transfer de todas pero por lo menos consiguió los subtítulos. :-)



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Por otro lado el transfer, esta vez si ocupa casi todo el DVD-9. El disco tiene 6,737 MB pero 5,768 los ocupa el transfer de video, la pista 5.1 ocupa 375 MB e incluye 3 pistas de audio 2.0 de 160 MB c/u que corresponden al 2.0 inglés, francés y el audio comentario presente en todas las ediciones.



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Esta edición incluye subtítulos en inglés y francés para la película y no trae ningún extra, ni siquiera el trailer.

Los menúes son 4:3 , cosa poco feliz.



Se puede adquirir individualmente por aquí:

http://www.amazon.ca/gp/product/B0001OKTHY/


Y por último...

COMPARACION DE TRANSFERS



Como ya dije la edición mexicana es la peor, la 4:3 sin audio es impresentable, mientras que la versión widescreen es borrosa comparada con la Z1 y la Z2 pero está subtitulada en español y el audio es 2.0 . La Z1 trae el mejor transfer con audio 5.1 y subtítulos en ingles y la Z2 tiene el mismo transfer sin subtítulos y con los mejores extras.



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PARA CERRAR, DEJO UN PAR DE ANALISIS...

... que me parecieron interesantes.



EL ALMUERZO DESNUDO

(Naked Lunch, 1991. David Cronenberg) MdC

Por Alejandro G.Calvo

Miradas de Cine © 2002





Heroína fílmica



"Dr. Benway: «Hay muchos sujetos vulnerables a la humillación sexual. Desnudez, estimulación con afrodisíacos, vigilancia constante para incomodar al sujeto e impedirle el alivio masturbatorio (durante el sueño, las erecciones hacen sonar automáticamente un enorme zumbador eléctrico que vibra la cama y arroja al sujeto a una bañera de agua fría, lo que reduce al mínimo el número de poluciones nocturnas). Trucos para hipnotizar a un sacerdote, explicarle que está apunto de de consumar una unión hipostática con el Cordero , y luego ponerle a un carnero verriondo a darle por el culo. Después de esto el Interrogador obtiene un control hipnótico absoluto, y el sujeto acudirá a su silbido, se cagará en el suelo con que le diga "Ábrete Sésamo"». William S. Burroughs, de "El almuerzo desnudo" (1959).

"La razón por que tengo seguridad es por que estoy loco. La razón por la que soy estable es por que estoy chiflado. Para mí es evidente". David Cronenberg (1)






La adaptación inadaptable



Siento una especial devoción por El almuerzo desnudo de William S. Burroughs, de hecho, junto con Trópico de cáncer (Henry Miller), Mujeres (Charles Bukowski), Héroes (Ray Loriga) y A sangre fría (Truman Capote), se podría decir que son mis libros de cabecera por excelencia, todos válidos para abrir por cualquier página y perderse en ellos, son mundos tan distantes como terroríficos, tan extremos como profundamente cercanos, tan trágicos como divertidos. Todos ellos, a excepción del de Capote que tuviera una adaptación fantástica en A sangre fría (In Cold Blood, 1967. Richard Brooks), son prácticamente inconcebibles para adaptarse cinematográficamente, su dureza y ambigüedad estilística los convierte en mundos demasiado complejos como para poder trascribirse en un simple guión cinematográfico. Si nos centramos en El almuerzo desnudo, este exponencia sus dificultades, al tratarse de un claro delirio episódico, con muy pocas referencias continuas entre los diversos capítulos, a excepción de la psicología propia de la novela, centrada en la necesidad del consumo de droga, el placer y el dolor por el sexo (preferentemente homosexual), la irrupción del mal sobre el placer más orgiástico, acabando por completo con él o, como mínimo, dejarlo en las puertas del exterminio.



Estaba claro que la falta de una trama lineal y consecutiva hacía impensable la adaptación de la compleja novela de Burroughs, a no ser, que el personaje encargado de llevarla a la gran pantalla tuviera la imaginería suficiente como para saber convertir lo imposible en lo imposible a través de lo posible, es decir, canalizar dos experimentos abstractos (novela y film) a través de una base concreta (guión), sin que por ello, se pierda un ápice de personalidad en el proceso. Pocos realizadores serían capaces de ello, de hecho el propio Stanley Kubrick planeó un intento de adaptación de la novela totalmente infructuoso (lo que es de señalar, puesto que Kubrick había adaptado anteriormente La naranja mecánica (A Clockwork Orange, 1971), de Anthony Burgess, una novela lo suficientemente compleja para que cualquier realizador se achicara ante ella). Así que para suerte de nosotros y del cine, el proyecto fue a caer en manos de uno de los pocos directores personales que existen hoy en día en el panorama cinematográfico mundial: el genial David Cronenberg.



El realizador canadiense llevaba diez años con la idea en mente (incluso en 1985 hizo un viaje a Tánger con el propio Burroughs para acercarse a la malsana atmósfera que condujo la gestación de El almuerzo desnudo), pero no pudo hacerse hasta que realizador y productor (Jeremy Thomas) tuvieron sendos éxitos comerciales con La mosca (The Fly, 1986) y El último emperador (The Last Emperor, 1987. Bernardo Bertolucci), respectivamente. Por todos es sabido que Videodrome (Ídem, 1982) no sólo significo el interpasse de Cronenberg entre un cine más visceral, más físico hacia un viaje mucho más mental e introspectivo, que le llevaría ha hacer las mejores obras, de momento, de su carrera: La mosca, Crash (Ídem, 1996) y, sobretodo, la brutal Inseparables (Dead Ringers, 1988), cuya dureza visual y psicológica aún permanece intacta pese a los años pasados. Pero Videodrome significó algo más que eso, fue el último proyecto que Cronenberg escribió hasta que con su último film eXistenZ (Ídem, 1998) retomara, con menor inspiración (todo sea dicho), su labor como escritor. Desde Videodrome, entonces, Cronenberg se lanzó a la adaptación de obras literarias, algunas más sencilllas, como pueden ser La zona muerta (The Dead Zone, 1983) de Stephen King o La mosca de George Langelaan, otras, directamente imposibles, como Crash de J.G. Ballard o la propia El almuerzo desnudo de William S.Burroughs.





La ambigua biografía del escritor



Vista la dificultad de la adaptación directa de la novela, el atrevimiento de Cronenberg para acercarse a la obra acabó dotando al film de un aspecto propio, más cerca de Cronenberg que de Burroughs, evidentemente, pero no exento del aroma malsano y alucinógeno que desprende la novela. La "opción Cronenberg" para adaptar el libro fue el resultado de una triple ecuación sólo apta para irresponsables: se fusionó en un sólo término las propias vivencias de Burroughs cuando escribió la novela, pasajes de la propia historia y el mundo cárnico Cronenbergiano, con un especial gusto por la relación máquina-hombre, rebajando la (homo)sexualidad del libro, pero haciéndola más que latente en el film (Cf. Las bugwriters, especies de máquinas de escribir que mutan en insectos y que se comunican mediante un ano parlante dándole órdenes al protagonista).



Así, para entender el film, es necesario conocer de antemano la biografía del escritor norteamericano, como se verá, con datos lo suficientemente interesantes como para hacer una trilogía: William S. Burroughs (1914-1997) nació tremendamente rico, pues su abuelo, por esperpéntico que parezca, fue el inventor de la calculadora (Burroughs la llamaba "máquina de sumar"). De joven, se relacionó con todos los jóvenes de la generación Beat, a la que llegó a a pertenecer, pese a ser un escritor bastante más extremo que gente como Jack Kerouac y Allen Ginsberg. Pese a su marcada homosexualidad (que únicamente llegó aceptar en su exilio morfinológico en Tánger), se casó. Su mujer, Joan Vollmer Adams (la única perteneciente a la generación Beat que no llegara a publicar nada), se exilió con el y sus hijos, provenientes de otros compañeros sentimentales, a la frontera mejicana al tener el joven Billy problemas con las autoridades norteamericanas derivadas de su reconocida adicción a la heroína. Una noche, totalmente borrachos ambos, decidieron mostrar a sus amigos su habitual juego de Guillermo Tell, consistente en ponerse ella un vaso de cristal en la cabeza, teniendo Burroughs que dispararlo y, por supuesto, acertar en el vaso. Pues bien, esa noche, el joven y desmadrado Burroughs, que hasta la fecha sólo había publicado una novela, Yonqui, erró el tiro, acertándole de pleno en la sien a su joven esposa. Burroughs a partir del incidente, entró en crisis, viajó a Tánger y pasó cuatro años de su vida prácticamente sin salir de su habitación más que para conseguir heroína o derivados. Durante este tiempo, Burroughs continuó escribiendo y mandando sus escritos por correo a sus amigos de la generación Beat (de hecho el nombre de El almuerzo desnudo se le ocurrió a Jack Kerouac, haciendo referencia a "un instante helado en el que todos ven lo que hay en la punta de sus tenedores (2)"), según él, sin ser consciente de ello (tal y como se cuenta en el film). Sus escritos no tenían ni sentido, ni orden aparente, con lo que la tarea de sus compañeros y de la suya propia al regresar de Tánger fue ardua y complicada, pero al final, en 1959, se logró publicar y fue un éxito en todos los aspectos: atacada, maldecida, tachada de misógina y de hacer apología sobre las drogas y, bueno, en fin, un largo etcétera que acaba por aburrir al más beato.



Burroughs superó su adicción a la heroína tras quince años de consumo, con un tratamiento, aún hoy no reconocido, mediante el uso de apomorfina (3). El escritor, para sorpresa de todo el mundo, llegó a vivir 83 años, y al final de su carrera acabó haciendo anuncios para Nike. También publicó dos discos sensacionales: uno con Tom Waits, The black rider (para el que compuso las letras de las canciones e, incluso, se animaba a cantar en una) y otro con Kurt Cobain, The Priest They Called Him, en el que Cobain toca la guitarra y Burroughs lee textos suyos.





Interzone: La conexión Cronenberg-Burroughs



La triple ecuación comentada arriba tuvo como resultado El almuerzo desnudo, una de las obras más personales de Cronenberg, donde la biografía de Burroughs se trasmutaba en la de Bill Lee (un perfecto Peter Weller, en una interpretación totalmente delirante por su contención e inexpresividad consciente), un exterminador de bichos, cuya mujer (correcta Judy Davis) se inyecta el insecticida que usa Bill para acabar con ellos. La sustitución de la heroína por el insecticida y la notable disminución de la homosexualidad en la versión cinematográfica, proviene no tanto en un intento de suavizar el film, si no a una reconversión del mundo de Burroughs en el universo cronenbergiano, donde la homosexualidad queda en un estado latente, y la adicción y sus consecuencias de carácter alucinatorio son el verdadero motor del film (al igual que le ocurría al Max Renn de Videodrome, la mayor parte del film es pura alucinación del protagonista).



La visceralidad aportada por Cronenberg, en especial en la escena del acto sexual entre Bill y Joan Frost, con una bugwriter recorriéndoles el cuerpo, y cuando un ciempiés gigante masacra al joven y sensible Hans, se corresponde a la perfección con el universo de Burroughs y, en especial de El almuerzo desnudo, donde se narra uno de los pasajes más ricos de su novela: Aquella en el que se cuenta la historia del ano que decide empezar a hablar por sí mismo, y al final le acaban saliendo dientes y termina por inutilizar la boca del hombre (en el film narrado en una hipnótica escena en que nos adentramos en un coche en plena oscuridad por un camino pedregoso habitado por personajes de tintes fantasmales). Tanto las mutaciones físicas (Rabia (Rabid, 1976)) como las psicológicas (Videodrome) se pueden hallar también en la novela de Burroughs, atentos si no a estos dos pasajes:



"... como el hospital estaba tan lleno, lo ingresaron en una letrina, y el cirujano griego le metió un mono vivo por error y luego le cosió, y fue violado por varios auxiliares, y uno de los empleados robó la penicilina sustituyéndola por detergente; y a la vez que cogió unas purgaciones culeras y un médico inglés muy puritano curó con un enema de ácido sulfúrico caliente, y también estaba el profesional de la Medicina Tecnológica, un alemán que le quitó el apéndice con un abrelatas oxidado y unos trozos de hojalata..."

"...con su calibrador, Johnny extrae un candirú del coño de Mary... Lo echa en una botella de mescal donde se convierte en un gusano de magüey. Le hace una irrigación vaginal de ablandador de huesos de la selva, los dientes vaginales salen mezclados con sangre y quistes... El coño resplandece dulce y fresco como yerba de primavera..."




Como se ve, tanto la pasión de Cronenberg por los hospitales y la cirugía tecnológica, así como su pasión por las mutaciones sexuales, se ven correspondidas a la perfección por Burroughs.



La única ruptura con la linealidad de la obra que realiza Cronenberg, es sin duda, su aproximación de manera letárgica sobre la historia. Así como en la novela todo es demasiado acelerado, en el film, se toma su tiempo y medio para suceder. El viaje introspectivo realizado por Bill Lee va tan lento como sus paranoias derivadas por la morfina le dejan. Su aventura policíaca, lo más débil con diferencia de la película, va tan lenta que no interesa, aunque sirva como hilo argumental de la misma. Nosotros seguimos prefiriendo el sabor de la locura a través de los distintos modelos de bugwriters existentes, o por la apropiación y sometimiento del ser humano, sea a través de la heroína o de la carne. El viaje introspectivo a Interzone realizado por Lee a través de las palabras y obras de Burroughs y de las imágenes y delirios de Cronenberg, convierten El almuerzo desnudo en una de las obras más extrañas y ambiguas de los noventa. Pero también en uno de los mejores y más significativos films de la historia del cine, no tanto por la difícil conjugación de los mundos artísticos, si no por el cruel retrato de la dependencia, física y mental, que tenemos los hombres por las drogas, las personas y la autodestrucción.



FUENTE: http://www.miradas.net/0204/cults/2002/ ... dlunch.htm


El almuerzo desnudo (Naked Lunch, 1991)

Por Sergio Vargas

Silencio. Comienza la gran alucinación



El almuerzo desnudo, de William S. Burroughs es probablemente una de las novelas más anárquicas que jamás se han escrito. El prefacio atrofiado que Burroughs incorporó después del último capítulo (nótese la paradoja) en el que consigue dotar (bastante por los pelos y tal vez innecesariamente) de cohesión a algo que aparentemente no tenía ninguna, intenta describir, lo que tal vez sea indescriptible: «Puedes meterte en "El almuerzo desnudo" en cualquier punto de intersección (.) El almuerzo desnudo es una heliografía, un Manual de Bricolaje. Lascivias de negros insectos se abren en vastos paisajes de otros planetas. Conceptos abstractos, desnudos como fórmulas algebraicas, reducidos a estiércol negro o a un par de cojones envejecidos (.) "El almuerzo desnudo" exige Silencio al lector. Por lo demás, este se toma el pulso.» Con una prosa dura y precisa como un escapelo (o como el abrelatas oxidado que Benway, uno de los personajes de la novela dice haber utilizado para realizar una apendicectomía) Burroughs escribió las "notas" que componen El almuerzo desnudo bajo los efectos de todo tipo de drogas. En la introducción, escrita a posteriori, ya amparado por una total lucidez, explica que apenas recuerda haberlo escrito. Y habla, sobre todo, de la Enfermedad de la Adicción, del gran problema de la droga (las mafias traficantes), para terminar advirtiendo: «Mirad, MIRAD bien el camino de la droga antes de viajar por él y liaros con las Malas Compañías.» Sin duda El almuerzo desnudo es un viaje al interior de un adicto, al interior de su mente, a lo que se cocía en su cerebro cuando éste estaba achicharrado por la droga, con lo que necesariamente no tiene porqué poseer una continuidad, ni siquiera dentro de un mismo capítulo; Del mismo modo que un "viaje" de heroína no es lo mismo que uno de opio, demerol o pantopón, los capítulos de la novela son diversos parajes de la mente de Burroughs durante aquella época, donde tienen cabida sus alucinaciones recombinadas con sorprendentes reflexiones en las que despotrica contra un sistema tan corrupto como su propio cerebro en el momento en que peroraba a través de la máquina de escribir, prolongación directa de sus pensamientos. También puede verse, a la luz de esta introducción del autor, como una visita guiada al lado oscuro de la droga, con un fin totalmente instructivo, pero de lo que no cabe duda es de que Burroughs lo escribió desde su cerebro al papel, un torrente expresivo no revisado, no corregido, son sus pensamientos volcados directamente al lector, de ahí la anarquía de la novela, de la anarquía del pensamiento. Precisamente sobre eso discuten Kerouac y Gingsberg (en la película se les dio otros nombres) al comienzo del filme, ¿Es correcto revisar y recomponer lo escrito o se debe dejar fluir la expresividad de cada uno libremente y sin remordimientos, sin vuelta atrás?



Es muy comprensible que una novela tan visceral, pornográfica y compleja atrajese a David Cronenberg, que estaba comenzando a evolucionar temáticamente desde su anterior filme, Inseparables (Dead Ringers, 1988). Y no quiero decir con esta evolución que estuviese dejando de lado sus obsesiones por la enfermedad, la carne, las transformaciones y la muerte, sino que estaba comenzando a desarrollar todo ese universo tan suyo en historias menos pertenecientes a la ciencia-ficción y más factibles dentro del mundo "real" en el que nos ha tocado vivir. No en vano, sus últimas obras ratifican todo esto —salvo quizá, y sólo quizá, eXistenZ (idem, 1999)—, pues a pesar de que todas ellas desprenden cierto halo fantástico, los zombis hambrientos de sexo y muerte, los científicos que se convierten en insectos o los individuos con poderes telepáticos mortales se han ido transformando en freaks hambrientos de sexo y accidentes de coche, mentalidades esquizoides que confunden su pasado con su presente o familias felices que se destrozan de la noche a la mañana objeto de la violencia.



El almuerzo desnudo de David Cronenberg no es, no podía serlo, una adaptación al uso. Era inevitable cortar la novela por algún sitio. Pero a la vez habría que rellenar los huecos, de modo que el producto final tuviese cierta cohesión, a menos que se quisiese conseguir un desestructurado collage a semejanza de la novela, y que probablemente habría sido incomprendido y condenado por la mayor parte del público (una película no está ideada en un principio para sumergirse en ella en cualquier punto de intersección); lo mismo que Burroughs trata de lograr en el prefacio atrofiado, Cronenberg logra unir las partes desde un principio. Su guión consigue integrar numerosos personajes y situaciones, lugares, conceptos de la novela, pero, aquí viene la gran sorpresa, en el contexto de la vida de su propio autor, transformándose la película en un bizarro biopic que narra la época de la vida de Burroughs en que escribió El almuerzo desnudo. No es, pues, una adaptación de la novela como se podría entender habitualmente sino mucho más que eso, el producto elaborado por el canadiense es algo más complejo, y el resultado es sorprendentemente convincente.



Al comienzo de la película, Burroughs (Peter Weller) trabaja de exterminador. A partir del momento en que descubre que Joan (Judy Davis), su mujer, se chuta el insecticida que él utiliza para matar cucarachas y escolopendras, todo cambiará para siempre. Cuando cae en la droga, comienza una gran alucinación en la que los insectos son espías (agentes) que le convencen de que Joan es una agente del otro bando a la que debe exterminar. Las máquinas de escribir tienen cuerpo de insecto y hablan por un orificio anal que tienen justo detrás del teclado. Burroughs comienza a asustarse ante sus tendencias homosexuales para terminar aceptándolas. Mata a su esposa jugando a Guillermo Tell, y llega el exilio a Tánger, donde encontrará más drogas, sus primeros amantes y comenzará a escribir las notas que derivarían en El almuerzo desnudo. En definitiva, una recreación de las circunstancias y elementos que rodaron la vida del autor en aquella época ubican la película en el territorio de la realidad y la definen argumentalmente de un modo coherente. Por otra parte, las aventuras del Burroughs agente, sus máquinas de escribir parlantes y los insectos gigantes se insertan dentro de las alucinaciones provocadas por la droga y dan lugar a recrear fragmentos de la propia novela. Realidad y ficción se funden del único modo posible en una historia tan real como cruda y violenta, sin llegar a la pornografía de la novela, aunque también sin obviar el tema de la homosexualidad y por supuesto tampoco el gran tema de la droga.



Es importante el hecho de que Cronenberg trata de que se distinga claramente lo que pertenece a la realidad y lo que pertenece a la ficción, dejándolo todo claro desde un principio, por ejemplo cuando Bill Lee (Burroughs) se lleva (según él) a su máquina de escribir en un saco, y cuando el espectador comprueba su contenido (a la vez que Kerouac y Gingsberg) sólo ve un saco lleno de todo tipo de estupefacientes, o la inolvidable secuencia en que se toma un frasco de "carne negra" justo antes de comprobar como Cloquet (Julian Sands) metamorfoseado en un enorme insecto sodomiza a su joven amante dentro de la gran jaula de los periquitos. No es, por tanto, el objetivo de la película el provocar ambigüedad en torno a realidad y ficción, sino tal vez mostrar, del mismo modo que lo hace la novela, el horror en que puede convertir la droga a la vida. Así, a pesar de lo que podría pensar cualquiera que viese al protagonista Peter Weller hablando en la barra de un bar con una especie de insecto baboso de dos metros de altura, El almuerzo desnudo no hace sino ratificar lo comentado más arriba acerca de la evolución de Cronenberg, constituyéndose como una historia completamente factible en nuestro mundo. Algo que, en definitiva, y eso es tal vez lo más interesante, del mismo modo que ocurría en Inseparables, no va reñido con los temas clásicos en el director de Scanners (idem, 1981), como decía al comienzo. Desde las mixturas entre máquinas de escribir e insectos (la carne y la tecnología, juntas de nuevo), hasta la citada transformación de Cloquet en una especie de escarabajo gigante (¿La metamorfosis o La mosca?), pasando por la dualidad/doble identidad (Judy Davis dando vida a Joan Lee y a Joan Frost) recurrente en muchas de sus obras posteriores (por ejemplo M Butterfly o Spider, en la que Miranda Richardson también interpretaba dos papeles) y anteriores, caso de Inseparables. Del mismo modo que en ésta, Cronenberg logra no perderse a sí mismo reinventándose por el camino de la realidad, que, como confirman estas dos películas y alguna más que ha ido firmando después, puede ser tanto o más terrorífica que la ficción. Algo que, por otra parte, muchos hemos sospechado siempre.



FUENTE: http://www.miradas.net/2005/n44/estudio/nakedlunch.html


Colaboraciones:

Estas capturas son de la edición Criterion:

Es una edición de 2 discos, autorizada por el director y trae un booklet de 31 páginas.



(Están en su tamaño original 720x480, subidas a 856x480 para mantener la relación de aspecto)



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Saludos!


En mayo de este año se editó en argentina, aquí la info siguiendo la onda del análisis...

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Menú anamórfico
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Selección de escenas
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Extras
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Tanto el "Detrás de escenas" como "Montaje A/B Roll son 4:3, ambos subtitulados en español.

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Transfer de la película, Widescreen [1.78:1]
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Una lástima estos pibes de Emerald, justo ahora que aprenden a editar un DVD de manera más o menos decente, la gente empieza a comprar Blu-Rays (Cuac)