Born: VIRGINIA MADSEN | in Chicago, Illinois, USA
Born: TIFFANY SHEPIS | in Chicago, Illinois, USA
Virginia Madsen debutó en el cine con la película Class (1983). Su primer papel protagonista llegaría con Sueños eléctricos (1984), película romántica de ciencia-ficción dirigida por Steve Barron y, en ese mismo año, en la adaptación que hizo David Lynch de Dune (1984). En los últimos años de la década de los 80, llegaron los mejores títulos de Virgina Madsen. Así llegarían el thriller de culto Sin vía de escape (1987) de Wayne Wang
En la década de los 90, Virginia coprotagonizó junto a Don Johnson y Jennifer Connelly una de sus películas más famosas, Labios ardientes (1990), dirigida por Dennis Hopper. Después llegarían títulos como Highlander II: The Quickening (1991) o Candyman (1992, Bernard Rose).
Filmografía
- Class (Class) (1983), de Lewis John Carlino.
- Sueños eléctricos (Electric Dreams) (1984), de Steve Barron.
- Dune (1984), de David Lynch.
- Mussolini: Auge y caída del Nuevo César (Mussolini: The Untold Story) (1985), de William A. Graham. (TV).
- Creator (1985), de Ivan Passer.
- Fuego con fuego (Fire with Fire) (1986), de Duncan Gibbins.
- Modern Girls (1986), de Jerry Kramer.
- Sin via de escape (Slamdance) (1987), de Wayne Wang.
- Mr. North (1988), de Danny Huston.
- Heart of Dixie (1989), de Martin Davidson.
- Labios ardientes (The Hot Spot) (1990), de Dennis Hopper.
- Highlander II: The Quickening (1991), de Russell Mulcahy.
- Candyman (1992), de Bernard Rose.
- Blue Tiger (1994), de Norberto Barba.
- Amarga venganza (Bitter Vengeance) (1994), de Stuart Cooper.
- Cruce de pasiones (Caroline at Midnight) (1994), de Scott McGinnis.
- Ángeles y demonios (The Prophecy) (1995), de Gregory Widen.
- Fantasmas del pasado (Ghosts of Mississippi) (1996), de Rob Reiner.
- El muerto es un vivo (Just Your Luck) (1996), de Gary Auerbach.
- Operación Apocalipsis (The Apocalypse Watch) (1997), de Kevin Connor. (TV).
- Legítima defensa (The Rainmaker) (1997), de Francis Ford Coppola.
- Emboscada (Ambushed) (1998), de Ernest R. Dickerson.
- Ballad of the Nightingale (1998), de Guy Greville-Morris.
- La guarida (The Haunting) (1999), de Jan de Bont.
- Florentine (The Florentine) (1999), de Nick Stagliano.
- Después del sexo (After Sex) (2000), de Cameron Thor.
- Mentiras verdaderas (Lying In Wait) (2000), de D. Shone Kirkpatrick.
- Encrucijada de destinos (Crossfire Trail) (2001), de Simon Wincer. (TV).
- Presunta inocencia (Just Ask My Children) (2001), de Arvin Brown.
- Revelación (Full Disclosure) (2001), de John Bradshaw.
- American Gun (2002), de Alan Jacobs.
- Entre copas (Sideways) (2004), de Alexander Payne.
- Stuart Little 3: Aventura en el bosque (Stuart Little 3: Call of the Wild) (2005), de Audu Paden.
- Scooby-Doo: En el Misterio del Faraón (Scooby Doo in Where’s My Mummy?) (2005), de Joe Sichta.
- El último show (A Prairie Home Companion) (2006), de Robert Altman.
- Firewall (2006), de Richard Loncraine.
- Cutlass (cortometraje) (2007), de Kate Hudson.
- El número 23 (2007) (The Number 23), de Joel Schumacher.
- Efecto dominó (Ripple Effect) (2007) de Philippe Caland.
- The Haunting in Connecticut (Exorcismo en Connecticut) (2009) de Peter Cornwell
- Red Riding Hood ( Caperucita Roja) (2011)
No necesita tarjeta de presentación. Tiffany Shepis ES LA SCREAM QUEEN de B-MOVIES del Nuevo Milenio. Ya con eso basta saber si no la conocías.
Tiffany inició su carrera en "Tromeo Y Julieta" una de las películas más irreverentes en el cinema B y que lleva la obra literaria de Shakespeare a un nivel vulgar, violento, pero divertido.
Su trayectoría dentro de la Industria de B-Movies merece un reconocimiento por siempre mantener un estandar de calidad regular. Nunca verás a Tiffany dando una actuación de flojera, o peor aún, que pareciera que solo lo hizo por los billetes verdes como otras.
Cierto, su belleza y sensualidad son su mejor característica pero te vas a sorprender de la calidad de su actuación dentro de este género.
Su éxito se debe a que los fans la aprecian por la emotividad en sus performances además de que ha explorado la mayoría de los sub-géneros como el slasher entre sus favoritos y ha sido siempre efectiva para "Troma" y "Full Moon Pictures".
Su vasta
experiencia en el Cine de Terror de bajo presupuesto la colocan entre
las favoritas de los aficionados debido a que es difícil que alguien
salga de este género para explorar nuevos destinos. Tiffany siempre nos
ha sido fiel.
Muchos pueden pensar que sus actuaciones y las
películas en las que aparece son vulgares o de muy mal gusto, y es
respetable, también existen Puritanos del Cine de Terror; pero
indudablemente Tiffany se ha ganado a pulso el cariño de los fans.
Desde su debut en 1996 con Tromeo and Juliet, el aluvión de films que han contando con la presencia de Tiffany Shepis es inmenso, destancando algunas como Bloody Murder 2: Campamento Infernal (2003), ScareCrow (2003), Cuerpos (2004), La Mirada del Diablo (2006), Abominable (2006), Nympha (2007), Zombies!, Zombies!, Zombies! (2008), Chainsaw Cheerleaders (2008), Dark Reel
(2008)...y así hasta rozar el centenar de películas. Es cine de serie
B, en muchas ocasiones casposo y de escasa o nula calidad, pero lo que
no se le puede negar a esta chica es que trabaja!
CAPOS QUE NACIERON UN 11 DE SETIEMBRE:
Born: Brian Russell De Palma | in Newark, New Jersey, USA
Born: Bertrand Bonello | in Nice, Alpes-Maritimes, France
En
el cine de autor francés contemporáneo pueden percibirse con fuerza dos
corrientes predominantes; por un lado está la de la belleza (herederos
de segunda y tercera generación de la Nouvelle Vague, como Philippe Garrel o Mia Hansen-Løve) y por otro la de la fealdad (los ‘enfants terribles’ del movimiento conocido como New French Extremely).
Evidentemente,
como sucede con todos los conceptos opuestos, estas dos formas de
entender el cine se relacionan y se complementan entre sí, mostrándonos
casi siempre las dos caras de una misma moneda. Ahora bien, en este arte
jamás todo es blanco o negro y por ello es necesario señalar la
existencia de una tercera vía que se sitúa justo en medio de una y otra,
una vía que haya su frágil equilibrio entre lo sublime y lo sórdido,
una vía que muy pocos transitan debido a su inestabilidad y de la cual
el cineasta Bertrand Bonello es uno de los máximos representantes.
A pesar de haber sido incluido en el grupo de cineastas radicales de la anteriormente citada New French Extremely, debido al carácter agresivo de sus propuestas, Bonello se mostraba interesado ya en su primer largometraje (Quelque chose d’organique,
1998) en realizar una obra que se situara justo en el centro de las
cosas, en este caso concreto, en el ámbito de las relaciones de pareja.
El
filme se abre con un plano de unos amantes besándose con ternura para
pasar inmediatamente, por corte, a uno en el que el hombre acaba de
asesinar a la mujer en ese mismo espacio que descubrimos es su
dormitorio. Esta violencia y brusquedad es la que caracteriza esta ópera
prima en la que todo parece estar dividido en dos partes (sexo-deseo,
masculino-femenino, amor-odio…) y que si bien no acaba de cuajar debido a
lo maniqueo de su forma, resulta imprescindible para poder entender la
posterior evolución de este cineasta.
No sería pues Quelque chose d’organique la película que consagraría a Bertrand Bonello como uno de los grandes realizadores de su generación, sino su siguiente trabajo, mucho más sereno y acertado, el que lo haría.
Suena muy raro decirlo de una segunda película, pero Le pornographe (2001) constituye toda una cima artística, ya no solamente dentro de la obra del propio Bonello, sino de todo el cine patrio en general, puesto que consigue, sin necesidad de recurrir a estúpidos guiños ni velados homenajes, conjugar el pasado y el presente de una cinematografía tan rica y compleja como la francesa.
Es el propio pornógrafo (interpretado, como no podía ser de otra forma, por Jean-Pierre Léaud)
el que, al definir las escenas de sexo oral en una entrevista como “el
último bastión de la humanidad”, se encarga de verbalizar el gran
hallazgo de este filme; el descubrimiento de una poética de lo
escatológico que, además de recoger el legado de la modernidad,
representará de ahora en adelante el núcleo estilístico de todas y cada
una de sus propuestas.
Le pornographe es claramente una obra de madurez, un salto cualitativo con respecto a su filme anterior, que si bien permitió al cineasta de Niza inscribirse dentro de la tradición cinematográfica nacional, dejaba irremediablemente al descubierto su necesidad (insatisfecha) de hallar un espacio propio dentro de ella.
Como
buen hijo del 68, tras la rebelión pública contra el ‘establishment’,
Bonello optó por un encierro voluntario y fue ahí, gracias a la ayuda de
los clásicos, donde se gestó la enésima evolución de su carrera.
Al igual que Pier Paolo Pasolini, Bonello haya en lo mítico el vehículo perfecto para transmitir sus ideas sobre el sexo, la violencia y la belleza de forma clara y frontal, sin necesidad de ridículas justificaciones diseñadas para agradar a los defensores de la verosimilitud en el cine.
En Tiresia
(2003) desaparece todo lo accesorio, estamos ante una obra desnuda y
depurada que, mediante la revisión del mito del adivino ciego Tiresia,
enclaustrado en cuatro paredes, consigue aunar por fin todas las
obsesiones del director.
La separación de las cosas (la película se divide en dos partes y son dos actores los que interpretan a Tiresia) que en Quelque chose d’organique no acababa de fraguar, así como la exploración de la sexualidad (el protagonista del filme es un transexual) que en Le pornographe solo constituía un telón de fondo, alcanzan aquí su pleno significado y se convierten en el eje temático de esta pieza fascinante, hipnótica.
Después de Tiresia ya no hay vuelta atrás, a partir de esta película el cine de Bonello empieza a seguir un claro patrón basado en la exposición frontal de conceptos en espacios cerrados, cuyos límites se verán rebasados solamente en contadas ocasiones y que casi siempre llevarán, como muy bien señala el compañero Ricardo Adalia, hacia el fantasmagórico espacio de un bosque.
Si con Le pornographe y Tiresia muchos parecían empeñados en continuar metiendo a este cineasta dentro de ese cajón de sastre que es el New French Extremely, con su siguiente película (De la guerre, 2008) toda etiqueta desaparece, puesto que este es un trabajo absolutamente inclasificable.
De la mano de Bertrand, un cineasta en crisis magistralmente interpretado por Mathieu Amalric, recorremos una serie de lugares alegóricos que simbolizan tanto las aspiraciones artísticas (los claros referentes a Apocalypse Now y Bob Dylan) como personales (la secta aislada en medio de la nada) del propio autor, que por aquel entonces buscaba desesperadamente su lugar en el mundo.
El resultado es una obra que, a pesar de su evidente irregularidad, representa toda una experiencia, algo que debe ser experimentado antes que explicado y que nos servirá de puerta de acceso para su último trabajo, L’Apollonide (2011).
Parece ser que esa Arcadia que buscaba el protagonista de De la guerre, en donde poder dar rienda suelta a todos sus deseos, se materializó finalmente para Bertrand Bonello bajo la forma del famoso burdel francés de finales del siglo XIX que da nombre a esta nueva película.
Podemos decir sin tapujos que L’Apollonide es el filme en el que el director ha llevado más lejos todas sus obsesiones. Dentro de la arquitectura decimonónica de esta casa de citas todo tiene cabida; la alteración voluntaria del curso del tiempo, el análisis de las comunidades marginales, la mecanización del sexo, la pasión por la música, la violencia extrema, la belleza del cuerpo humano…
L’Apollonide
es, en definitiva, un oasis dentro del cine actual por el que tanto
cineasta como espectadores podemos transitar libremente sin ningún tipo
de restricción ni ataduras, un espacio en que por fin podemos sentirnos
libres de verdad.
ENLACES/FUENTES:
http://es.wikipedia.org/wiki/Virginia_Madsen
http://bon-scott.blogspot.com.ar/2010/05/tiffany-shepis-reina-de-la-serie-b.html
http://nightmaresboulevard.blogspot.com.ar/2009/05/trayectorias-tiffany-shepis.html
http://www.acuartaparede.com/bertrand-bonello/?lang=es