Por ahí decían que este año se ha visto en los 4 GRAND SLAMS una calidad de tenis que hace tiempo que no se veía.
No
se si es para tanto, pero el espectáculo ha sido magnífico y que haya
habido 4 campeones (los 4 mejores del mundo lejos) lo demuestra.
Australian Open 2012 Men's Singles Champion and Runner-up
Novak Djokovic and Rafael Nadal
French Open (Roland Garros) 2012 Men's Singles Champion and Runner-up
Rafael Nadal and Novak Djokovic
Wimbledon 2012 Men's Singles Champion and Runner-up
Roger Federer and Andy Murray
US Open 2012 2012 Men's Singles Champion and Runner-up
Andy Murray and Novak Djokovic
Por primera vez desde 2003 (Agassi, Ferrero, Federer, Roddick) los cuatro 'grandes' tienen cuatro campeones diferentes.
A
la quinta fue la vencida para Andy Murray. Tras perder cuatro finales
de Grand Slam, el escocés se quitó la espina en nueva York proclamándose
campeón del US Open 2012 tras vencer a Novak Djokovic en una final para
el recuerdo consumida en cinco sets y casi cinco horas de juego. Como
le pasó a su técnico Ivan Lendl en su día, Murray se quita el amargor
del pasado con la dulzura de su primer gran éxito.
Tras tropezar
en las finales del US Open 2008 -ante Roger Federer-, Open de Australia
2010 -ante Roger Federer- y 2011 -ante Novak Djokovic- y Wimbledon 2012
-ante Roger Federer-, el objetivo de conseguir el primer Grand Slam se
había convertido ya en una obsesión para Andy Murray. Siguiendo los
pasos de su maestro Ivan Lendl, que perdió cuatro finales antes de ganar
el primero de sus ocho majors -y lo hizo en cinco mangas-, el escocés
consiguió la ansiada empresa doblegando a Novak Djokovic en Nueva York
por un marcador global de 7-6(10), 7-5, 2-6, 3-6 y 6-2 tras cuatro horas
y cincuenta y cuatro minutos en un choque disputado en estadio Arthur
Ashe abarrotado para el fin de fiesta.
El viento volvió a ser
protagonista en Nueva York. No llegó a la condición de tornado que
obligó el sábado a evacuar la pista en plenas semifinales, pero los 26
km/h que marcaba el anemómetro y que soplaba de lado a lado en el tapete
fue un quebradero de cabeza para ambos jugadores en el inicio. El duelo
comenzó con una sucesión de breaks que pareció gestionar mejor Murray,
que afianzó su ventaja en el sexto juego (4-2), juego donde vimos con 54
golpes el intercambio más largo del torneo. Sin embargo, Djokovic
resurgió cuando todo el mundo le daba por vencido. Dejó de arriesgar,
aparcó el tenis espectáculo y utilizar el practicismo para equilibrar la
balanza. Con tensión pero sin brillantez el set se decidió en la muerte
súbita, tie-break donde por fin se jugó a una velocidad digna del siglo
XXI y que acabó en nómina del escocés, que necesitó de seis bolas de
set (tres al resto, tres al servicio) para alzar los brazos al cielo.
Los
87 minutos del primer acto cayeron como una losa sobre la espalda de
Djokovic, que se desconectó tanto del duelo que cuando quiso regresar ya
iba 4-0 abajo con dos breaks a favor de Murray. Por momentos el escocés
se pareció al jugador intratable que hace unos meses se colgó el oro
olímpico en Londres tras arrasar en el verde a Roger Federer. Con el
balcánico noqueado, Andy cometió el fallo de relajarse, de dejarse
llevar por la inercia. Se pasó del 4-0 y el 5-2 a favor a ver igualada
la contienda con 5-5. Djokovic llamó a la puerta, pero no llegó a
entrar. Todo el mundo advirtió un nuevo tie-break cuando Nole mandó un
remate al pasillo de dobles que otorgó a Murray dos bolas de set. Falló
con la primera, no con la segunda.
Cayó la noche en la Gran
Manzana y el viento perdió virulencia y protagonismo. Djokovic aprovechó
la coyuntura para tomar las riendas del partido. Como gato que consume
una a una las siete vidas que dicen que tienen, el balcánico fue minando
terreno a Murray transformando sus errores no forzados en golpes
ganadores, maquillando su efectividad con el servicio y sumando rupturas
disfrazadas de fantasmas del pasado para el escocés. Andy ofrecía la
peor de sus versiones: apático, errático y evidenciando problemas
físicos a medida que se consumía el reloj. Novak, por su parte, se
mostraba como un portento físico que iba a más a medida que lograba
puntos tribuneros con los que encandilar al respetable. De menos a más
pero con más moral que el Alcoyano igualó la contienda y llevó el
partido al quinto set. Ya pasó en las semifinales del Open de Australia,
donde ganó el envite con un parcial de 7-5.
No iba a ocurrir lo
mismo en esta ocasión. Cuando Murray fichó a Ivan Lendl a principio de
temporada lo hizo para dar este paso. Lo tuvo cerca en Wimbledon, pero
en esa final salió llorando y derrotado del All England Tennis Club. Se
dijo a sí mismo que sería la última vez que llorase de tristeza, que el
tenis le debía una en la que sus lágrimas fueran de alegría. Tras casi
cinco horas de batalla y viendo el partido la dinámica negativa que
había tomado, Andy miró hacia sus adentros y sacó su mejor tenis de la
chistera. Quebró el servicio de Djokovic, sacó a pasear su derecha y
bañó su cabeza con cubos de hielo. Incluso el público se puso de su lado
-abucheó a Djokovic al pedir asistencia a un juego de la derrota-. La
historia de este deporte tenía reservada un página para Murray, que ya
puede presumir de ver su nombre en el palmarés de los Grand Slam.
ENLACES/FUENTES:
http://dilipchandra12.hubpages.com/hub/Tennis-Grand-Slams-2012-Winners
http://tenisalmaximoperu.blogspot.com.ar/2012/09/us-open-murray-gana-su-primer-grand.html