El lugar especifico que inspiró la tematica de "Little Boxes" fue el sector de Daly City, en California, donde el empresario Henry Doelger construyó el gran barrio de Westlake en la etapa post-guerra.
En el sitio web Homegrownseries.com, Nancy Reynolds, hija de Malvina, explica sobre esta gran canción: "Mi madre y mi padre estaban manejando rumbo al sur de San Francisco a través de Daly City, cuando a mi mamá se le ocurrió la idea de la canción. Asi que dejó que mi padre tomara el volante y empezó a escribir la letra. Le pregunté a mi padre para tomar el volante, y ella escribió el tema en todo el trayecto hacia La Honda, donde iba a ctuar para el Friends Committee on Legislation. Lo mas chistoso ocurrió cuando, para una entrevista para la Revista Time (o tal vez era la Newsweek) el periodista quería hacer una foto donde ella apareceria señalando el lugar que inspiró el tema, pero no pudieron encontrar las casas debido a que con el paso de los años se habían construido muchas casas por las laderas...."
“Ustedes dirán esta simpática abuela, que hace cookies y canta a los niños. y ese no es mi personaje en absoluto. Tengo una mirada muy áspera hacia muchos aspectos de la vida, y soy bastante elocuente al respecto. Así que no soy tu abuelita agradable.”
Ni delantal, ni chancletas. Pero tampoco el disfraz de vaquera, con falda de jean y botas tejanas. No le hacía falta. Lejos del arquetipo de la abuela de los cuentos, Malvina Reynolds florecía a la edad en que la mayoría de las mujeres hace los trámites de jubilación.
Sesenta y dos pirulos, el pelo todo blanco y anteojos enormes tenía cuando compuso la canción “Little Boxes”. Acababa de empezar su carrera como compositora y cantante folk. Atrás quedaban la maestra, la obrera de fábrica, la licenciada en letras. Activista social y miembro del Partido Comunista, había escrito artículos en varios periódicos, tenía un doctorado en Filología Románica, una hija, un divorcio encima y un nuevo marido (el bueno de Bud Reynolds) del que tomó el apellido. Y un día quiso dedicarse a hacer canciones.
Por entonces, Pete Seeger, ya era una leyenda del género. Así recuerda Pete su primer encuentro con ella: “En 1947, en una fiesta en Los Angeles, una mujer de mediana edad vino a verme y me dijo, ´me gustaría hacer lo que usted hace, cantar para la gente que intenta hacer algo bueno desde su rincón del mundo´. Ella tenía unos 50 años, y la cabeza cubierta de canas. Yo tenía 28; me acuerdo de pensar ´Vaya, está un poco vieja para empezar. Claro que yo aún tenía mucho que aprender”.
Un cancionero repleto de hits le echaría por la cabeza, la tal Malvina, a ese impertinente que al final cayó rendido ante la evidencia.
Little Boxes
Pequeñas cajas en la ladera / Cajitas hechas de ticky-tacky /
todas se ven igual
Hay una verde, una rosa / Una azul y una amarilla /
todas hechas de ticky-tacky / y todas se ven igual.
Y las personas, en las casas / fueron todas a la universidad
donde fueron puestas en cajas / Y salieron todas iguales.
Y hay médicos y abogados / y hombres de negocios
Y estan todos hechos de ticky-tacky
Y todos se ven iguales.
Ticky-tacky es una de esas frases intraducibles del inglés que remite a algo de mala calidad, hecho con materiales baratos y poco oficio. Con esa carga mordaz, doña Reynolds salió a describir el desarrollo de los suburbios en los Estados Unidos de posguerra, una diatriba sobre ese limbo de casitas de barrio alto donde cierta gente de clase media acomodada pretendía refugiarse del resto. El gen del country y del american way of life: gente uniformada con ropa de marca, que juega al golf, toma Martini seco, tiene niños bonitos que irán a la universidad y serán puestos en cajas. Ticky-tacky.
La canción se convirtió en un himno y terminó siendo un eslogan de los años ´60. Malvina llevaba, por lo menos, medio siglo afilando el lápiz. Hija de inmigrantes, socialistas (y, para colmo, judíos), entendió desde bien temprano eso de la militancia y la lucha. Ya de pibita soñaba con ser una estrella de cine, pero como era rematadamente tímida, mejor estudiar el bachiller. Su casa estaba siempre llena de gente; se crió entre reuniones y debates políticos.
En la escuela armó su pequeño movimiento de liberación femenina. Y se plantó en la oficina del director con su reclamo de igualdad de género. “Al mediodía, los chicos podían salir del colegio para jugar en las calles y comprar hamburguesas o bebidas. Hice circular una petición para que a las niñas también se les permita salir. La respuesta fue no, que no era apropiado para las mujeres estar en la calle. Entonces pedimos que a los varones también se les restringiera la salida”.
Punto aparte. Y un párrafo para la historia de amor. Con Bud, se conocieron en un baile cuando ella todavía estaba en la escuela. El era guapo, afiliado al PC y siete años mayor. Solían ir al Golden Gate a leerse poemas. Pero no hubo correlato de confites. Malvina quiso seguir estudiando y al final terminó casándose con otro. Años después volvieron a cruzarse. Ella ya estaba divorciada, tenía 34 años y entonces le dijo que sí. Al tiempo nació su única hija, Nancy. No necesitaban nada más.
Buddy fue su gran compañero. El la alentó a dejar la fábrica para dedicarse a la música. Y fue también su inspirador. Algo de razón tenía el viejo. En los 15 años que siguieron, Malvina compuso decenas de canciones que cantaron desde Joan Baez, o el propio Seeger, hasta Víctor Jara. Grabó nueve discos, tres de ellos con canciones para chicos. Y siguió actuando hasta el final. Murió a los 77. Su calendario de conciertos todavía tenía fechas programadas para la reina del folk.
Esta canción, considerada por el cantautor y matemático Tom Lehrer como "la canción más hipócrita del mundo", es una de las composiciones mas famosas de Malvina Reynolds, a tal punto que ha sido versionada por muchos artistas en el mundo entero que han reflejado su mensaje a sus contextos sociales. Por ejemplo el cantante folk Pete Seeger y la banda Womenfolk llevó su versión de tan solo un minuto a los primeros puestos del Billboard Hot 10o. En España el cantautor Adolfo Celdrán escribió una versión en español de la canción, llamada "Cajitas", que fue publicado en 1969 y tuvo un gran éxito. En Chile, el famoso cantautor Victor Jara escribió una versión en español titulada "Las Casitas del Barrio Alto" que fue publicada en 1971 y era una burla musical sobre el estilo de vida "a la europea" de la clase alta chilena que eran mas falsos que "amigo de Facebook" (?).
Little boxes on the hillside,
Little boxes made of ticky tacky
Little boxes on the hillside,
Little boxes all the same,
There's a green one and a pink one
And a blue one and a yellow one
And they're all made out of ticky tacky
And they all look just the same.
And the people in the houses
All went to the university
Where they were put in boxes
And they came out all the same
And there's doctors and lawyers
And business executives
And they're all made out of ticky tacky
And they all look just the same.
And they all play on the golf course
And drink their martinis dry
And they all have pretty children
And the children go to school,
And the children go to summer camp
And then to the university
Where they are put in boxes
And they come out all the same.
And the boys go into business
And marry and raise a family
In boxes made of ticky tacky
And they all look just the same,
There's a green one and a pink one
And a blue one and a yellow one
And they're all made out of ticky tacky
And they all look just the same.
Las casitas del barrio alto
con rejas y antejardín,
una preciosa entrada de autos
esperando un Peugeot.
Hay rosadas, verdecitas,
blanquitas y celestitas,
las casitas del barrio alto
todas hechas con 'recipol'.
Y las gentes de las casitas
se sonríen y se visitan.
Van juntitos al supermarket
y todos tienen un televisor.
Hay dentistas, comerciantes,
latifundistas y traficantes,
abogados y rentistas
y todos visten polycron.
(y todos triunfan con prolén)
Juegan bridge, toman martini-dry
y los niños son rubiecitos
y con otros rubiecitos
van juntitos al colegio high.
Y el hijito de su papi
luego va a la universidad
comenzando su problemática
y la intríngulis social.
Fuma pitillos en Austin mini,
juega con bombas y con política,
asesina a generales,
y es un gángster de la sedición.
Y las gentes de las casitas
se sonríen y se visitan.
Van juntitos al supermarket
y todos tienen un televisor.
Hay rosadas, verdecitas,
blanquitas y celestitas,
las casitas del barrio alto
todas hechas con 'recipol'.
ENLACES/FUENTES:
http://americasgrill.blogspot.com.ar/2012/01/boxes-little-boxes-on-hillside-little.html
http://detrasdelacancion.blogspot.com.ar/2009/12/little-boxes-malvina-reynolds.html
http://robins-chaos.blogspot.com.ar/2011/02/little-boxes-on-hillside-not-so.html
http://www.entremujeres.com/genero/malvina-reynolds-musica-mujer-genero_0_683931676.html