Por Jorge Lanata
Caracas. -
01/09/12
Todo el día, a toda hora, todos los venezolanos y extranjeros, todo el tiempo, hablan aquí de Chávez. A los catorce años que lleva el país hablando de Chávez se le suma la cercanía del próximo 7 de octubre, el día en que Chávez intentará lograr la cuarta elección consecutiva: su sueño –lo anunció en junio del 2011, cuando le dijo al país que tenía cáncer– es dejar el poder recién en 2019.
“¿Y cuando Chávez se vaya, de qué hablaremos?”, escuché decir anoche a un periodista en Caracas.
Chávez es un mito omnipresente: no hay cuadra en esta capital en la que no se vea su retrato tamizado por maquillaje y photoshop , eternamente joven, o en la que su nombre no esté estampado en la pared. “Chávez es pana, hermano, compañero, padre”, dicen los graffittis. El logo de campaña hace de la “ve” de Chávez un corazón con la bandera venezolana y varios Chávez inflables de cinco metros hechos en China se bambolean en las plazas al ritmo del viento cálido del Caribe.
En lo que va del año, el presidente ya suma 75 horas y veinte minutos de cadena nacional, más el récord de un mensaje de nueve horas y cuarenta y nueve minutos registrado el 13 de enero, cuando presentó las cuentas de su mandato ante el Parlamento. La verborragia le juega, también, malas pasadas: “Canta, hija, canta y no llores”, le dijo hace unos días por la cadena nacional a una mujer que había perdido a su esposo en la explosión de Amuay. “El show debe continuar”, dijo también.
El realismo mágico no nació de casualidad en esta parte del mundo: García Márquez fue, en el fondo, un documentalista. Hay quienes creen, seriamente, que a Chávez se le acabó la magia, que las almas y las vírgenes ya no lo protegen y que su ciclo terminó. En las últimas semanas la Naturaleza se le ha puesto en contra : temporal en Cumanacoa; el huracán Isaac arrastrando muertos y serios daños materiales; la explosión de la refinería de Amuay con 41 muertos, 6 desaparecidos y más de un centenar de heridos, y el enfrentamiento entre bandas armadas en la cárcel Yare I, al sur de Caracas, con 25 muertos en un tiroteo entre los mismos detenidos. Y encima, la fallida gira por el sur para entrevistarse con trabajadores de la industria siderúrgica nacionalizada en 2009 que llevan más de dos años sin renegociar su contrato colectivo. “No me vuelvan a trancar las avenidas. Recuerden, no vale trancar las avenidas”, les dijo el presidente, y la cadena de radio y televisión concluyó de forma abrupta cuando comenzaron los silbidos. El gobierno informó de un fallo técnico y el sonidista fue detenido durante cuarenta y ocho horas sospechado de sabotaje. El mismo silencio que se impuso en Amuay, donde las dos radios FM locales sufrieron un conveniente corte de luz. Lo curioso fue que la luz siguió conectada en todo el barrio, menos en las emisoras.
En las ferias, entre el pueblo, se dice aquí que Chávez ya no está coronado por los santos. Desde su llegada al poder en 1998 sus seguidores daban fe de las relaciones del presidente con logias de santeros y paleros en Cuba, los babalawos y la Virgen de María Lionza se encargaban de protegerlo. Por toda la ciudad corrió la historia de un león muerto o dormido en el patio del Palacio Presidencial de Miraflores: todos susurraban que era la ofrenda de Chávez por la muerte de civiles inocentes durante la marcha opositora del 11 de abril. Por eso el martes, cuando después de una tormenta tropical molesta y breve nació en el cielo una nube inmensa con forma de hongo nuclear, todos pensaron que se trataba de un mensaje.
Los estadísticos, otros supersticiosos , encierran la magia en la lógica de los números: los últimos sondeos electorales le otorgan un 49,3 % de los votos a Chávez y un 47,2% a Capriles , el candidato opositor. Otras muestras comenzaron a hablar de empate técnico, toda una sorpresa en un país en que la oposición se había dispersado al punto de desaparecer, cometiendo el error suicida de no presentarse a la primera elección parlamentaria del período chavista, lo que dejó el Congreso cooptado por el chavismo en su totalidad.
En un país donde el voto no es obligatorio y en el que la grieta social es cada vez más evidente , la oposición comenzó a nuclearse no sólo en base a la clase media, la gran excluida del chavismo, sino también gracias a chavistas arrepentidos que fueron desgajándose del poder central en todos los niveles. El uso político del miedo, la arbitrariedad de expropiaciones que recayeron en personas de pocos recursos, el predominio del relato sobre la realidad fueron resquebrajando el apoyo incondicional al Chávez de los primeros años. También, el fenomenal aumento de la violencia: en Caracas hay un homicidio cada dos horas y sólo en julio hubo 511 muertes. La inseguridad ya cobró la vida de 150.000 venezolanos desde que Chávez llegó al poder, según el Observatorio Venezolano de la Violencia. Roberto León Briceño, el mayor experto en temas de violencia en el país, señaló a Clarín que “Venezuela es el quinto país en homicidios del mundo, el octavo en secuestros y con una impunidad judicial del 92% al 97% , ocho casos resueltos de cada cien en 2011”. Briceño asegura que el aumento de criminalidad no va de la mano del deterioro social sino de la ausencia institucional. Con una Justicia totalmente dependiente de Ejecutivo y frente al casi no cumplimiento de las leyes, la selva se impone: aumentan los delitos contra las personas por sobre los delitos contra la propiedad. Chávez le echa la culpa al capitalismo y al Banco Mundial “que destruyen los valores”; también al neoliberalismo y a la programación televisiva capitalista y los videojuegos. Pero frente a la elección sabe que el tema no es menor, y acaba de lanzar el plan de seguridad numero 19 de su gobierno: “Misión a Toda Vida”.
Por primera vez en catorce años se ha instalado aquí la convicción de que Chávez puede perder una elección. Nadie se imagina, sin embargo, a Chávez jubilado dando charlas sobre el socialismo del siglo XXI. Es ahí entonces cuando las cosas se complican: aunque Capriles ganara, deberá gobernar con el Parlamento en contra; si se impone Chávez es probable que pierda gran parte de las gobernaciones.
“Chávez no tiene amigos, tiene seguidores.
Por eso no tiene Facebook y usa Twitter”, me decía a mediados de la semana un ex integrante del gabinete chavista, que se fue espantado por la corrupción.
“Fui viceministro, vote la reforma de la Constitución, fui embajador de Chávez en tres países y un día dije que no estaba de acuerdo en algo y me fui”, comenzó la conversación al presentarse. “Y al otro día, al otro día, me asaltaron la oficina y la llenaron de pintadas diciéndome traidor”.
Lo decía con una sonrisa triste.
ENLACES/FUENTES:
http://catarsisyharakiri.blogspot.com.ar/search/label/Hugo%20Chavez
http://lasarmasdecoronel.blogspot.com.ar/
http://www.clarin.com/opinion/realismo-magico-version-bolivariana_0_766123481.html