Al cumplir diez años de carrera, Quino imaginó ver el mundo a través de
los ojos de una niña y de esta manera dio a luz a su personaje más
emblemático: Mafalda. La niña a la que se la suele definir como un "espejo
de la clase media latinoamericana y de la juventud progresista que se
muestra preocupada por la humanidad y la paz mundial y que se rebela
contra el mundo legado por sus mayores", comenzó como una idea para una historieta publicitaria pero muy pronto adquirió vuelo propio.
En
1964, se publican las primeras tiras de Mafalda, primero en el
suplemento Gregorio" de la revista "Leoplán" y después en el semanario
"Primera Plana" donde permanece por un año hasta que Quino decide mudar a
su personaje al diario "El Mundo".
El cierre de "El Mundo"
ocurrido en 1967, obliga a Quino a pasar a la revista "Siete Días"
mientras los tomos recopilatorios del personaje comienzan a venderse de a
miles y el personaje es "exportado" a Italia donde sus tiras comienzan a
repetir el éxito local.
Tras conquistar varios países del mundo
con su personaje, Quino asiste a principios de la década de 1970 a la
publicación de libros recopilatorios de sus otros trabajos y a la
realización de una serie animada de Mafalda.
Ya en la década de
1980, Quino comienza a aportar sus páginas de humor gráfico para la
revista del diario Clarín, relación que se extenderá hasta la
actualidad.
Hace muecas, saca la lengua y provoca la carcajada de Federico, el
bebé de un año y medio que es el hijo de Guille, el sobrino menor de
Quino que inspiró el personaje del hermanito de Mafalda. En la soleada
siesta mendocina, Clarín interrumpió al maestro en una
distendida sobremesa con su esposa y sus sobrinos. Está contento,
conversador; le sienta bien festejar una nueva década junto a sus
afectos en Mendoza, su tierra natal.
¿Cómo es llegar a los 80, Quino?
Como un arquero que no sabe por dónde entró la pelota. Por dónde
pasaron los 80 años, no sé. Pasaron, se acumularon. Eso es lo grave,
porque uno va sintiendo el peso y las limitaciones físicas. No pasan los
años, se te quedan en el cuerpo.
¿Sigue dibujando?
Ya
no. Las limitaciones físicas te joroban. He tenido muchas operaciones a
la vista, un glaucoma muy perverso. Si hay poca luz, me cuesta ver y si
hay mucha, me encandila.
Pero sigue creando, se le ocurren historias…
Sí, pero para qué gastarme en que se me ocurran cosas que después no
puedo dibujar. Es como si un tenor tiene problemas en las cuerdas
vocales.
¿Y qué otras cosas disfruta?
La música, el cine y la gastronomía, que nos es que yo la practique, pero la disfruto.
¿Cómo es volver a Mendoza?
Es volver a la infancia, lo que te formó. Me fui bastante grande, a los 22. Me gusta el vino de acá.
¿Es un experto catador?
No. Soy más borrachín que experto catador. Cuando no hay vino en una casa, tomo lo que sea, aunque no me guste.
¿Se siente cómodo con los homenajes? En setiembre le otorgarán el Konex a la trayectoria.
Sí,
por tercera vez. El Konex siempre me pareció un premio que se daba a
personas que ya estaban bien ubicadas en el trabajo que hacía. Hubiera
preferido que fuera un premio para estimular a los jóvenes y no para
premiar a los viejos.
¿Cómo vive esta etapa?
Por lo
único que la edad no te resulta una porquería es porque vas entendiendo
mejor la música que escuchas desde toda la vida. No es lo mismo escuchar
a Beethoven ahora que a los 40 o los 20. Le vas descubriendo cosas que
antes no se las descubrían.
Buenos Aires le hizo un homenaje
con una bella Mafalda sentada en un banco en San Telmo. Pero usted dijo
que le gusta más el personaje de Libertad.
Lo que pasa es
que Libertad ofrecía muchas más posibilidades. A Mafalda la dibujé desde
que empezó hasta que terminó la tira, durante 10 años. En cambio, a
Libertad la dibujé al final de la tira y, claro, con ese personaje me
siento mejor.
¿Quiere por igual a todos su personajes?
Sí, claro. Quiero por igual a todos mis dibujos de mi página de humor.
Mafalda fue una etapa, pero toda mi otra producción son 50 años. Para
mí, cualquier monito me gusta tanto como Mafalda. Me pasaba como a un
periodista que tiene que entregar la nota y aunque no le guste lo que
hizo, tiene que entregar igual.
¿Por qué le gusta tanto a los chicos Mafalda, si muchos de sus reflexiones parecen dirigidas al mundo adulto?
Me lo he preguntado muchas veces, porque yo no la dibujé pensando en los chicos. Es más, en el diario El Mundo
salía en la página editorial, no en las historietas. Creo que tiene
que ver con el grado de información que tienen los chicos. Cuando yo era
chico, no tenía idea quién era el Papa, ni el jefe de las Naciones
Unidas. Hoy los chicos lo saben. Aunque no quieran aprenderlo, lo saben
por Internet, por la televisión, los diarios y por todos los sitios
donde reciben información. Tienen un grado de información de un adulto.
¿Después de haber vivido tantos años en Buenos Aires, se siente un poco porteño?
Cuando escuchaba tangos en Mendoza no me decían nada. Pero en Buenos
Aires aprendí a querer al tango, sobre todo la poesía de sus letras. El
único dibujante que vi bailar bien el tango ha sido Landrú. El resto
somos todos unos inútiles. Y pude comprobar que el tango es un
sentimiento triste que se baila. Hubo poetas impresionantes y
fantásticos como Manzi. Me encanta escuchar tango.
¿Es de los que les gusta dar cátedra, formar a nuevos dibujantes?
No. Siempre he sido bastante introvertido, quizás por haber sido el
menor de tres hermanos y con una diferencia de 7 y 4 años. Me crié solo
jugando en la casa, no me gustaba salir a la calle.
ENLACES/FUENTES:
http://www.clarin.com/sociedad/titulo_0_738526210.html
http://www.diariopopular.com.ar/notas/123374-quino-el-papa-mafalda-cumple-80-anos
http://sonrisasargentinas.blogspot.com.ar/2012/07/diez-centimetros-por-encima-del-suelo.html