Argentina luchó hasta el último minuto y dejó en el camino a Brasil por 82-77. Gran trabajo del Chapu Nocioni. Los de Lamas se metieron en la semifinal y esperan por Estados Unidos (viernes a las 17).
"Puede ser la última oportunidad de meternos en una semifinal de
un torneo grande". Con crudeza pero realismo, Nocioni lo había dejado
claro en la previa. Y, sabiendo eso, los guerreros volvieron a dar una
lección de cómo se juegan este tipo de partidos. Y cómo se ganan. Era un
50 y 50, se habían puesto de acuerdo todos. Pero, claro, el plus lo
tenía Argentina. Ya lo había avisado Magnano. "Conozco la estirpe de
estos jugadores, todavía tienen hambre". Y así se vio en un North
Greenwich Arena con mucho clima... La Selección, pese a estar con lo
justo en su material, volvió a sacar chapa y se metió otra vez en la
pelea por una medalla. Por tercera vez consecutiva. Y lo hizo ganándole
el clásico al Brasil de Magnano (82-77). Nada menos. Un hito más de esta
Generación Dorada. El viernes, a las 17, buscará otro ante Estados
Unidos.
De arranque, Argentina eligió, como en el Mundial
2010, darle el tiro a Huertas para que se entusiasme y no haga jugar. Y
de entrada no salió bien: el base hizo 13 puntos y Brasil fue mejor.
Pero, de a poco, sirvió la táctica... Argentina se sostenía por estar
intratable del otro lado: 10-14 de campo, con 23 del cuarteto top, para
perder sólo 26-23. Ya en el segundo, Argentina, tras no haber podido
parar al ataque rival, comenzó a hacerlo y reboteó mejor. Huertas, que
no dejaba de anotar, no podía hacer jugar... El ataque siguió caliente
(59% en el PT), en especial Delfino (14) y con gran aporte de Pipa
Gutiérrez (6 y defensa). El parcial fue de 23-14 para ganar 46-40.
El
mejor momento del equipo fue en el tercer cuarto, en los primeros 7m30.
Gloriosos para controlar el ritmo y meterse en la cabeza de Brasil.
Manu y Scola salieron, pero el equipo bancó con suplentes. Ya era
grandioso el partido de Juan Gutiérrez y bueno lo de Campazzo. Así sacó
15 (61-46 a 2m33) y bancó la reacción brasileña hasta quedar a diez.
Pero
en el último, los de Magnano se vinieron definitivamente. Apareció
Barbosa en su plenitud (13 en el cuarto), se secó el ataque argentino y,
en un abrir y cerrar de ojos, la diferencia se redujo a dos (68-70 a
falta de 4’21’’). Pero fue allí cuando el equipo sacó a la luz toda su
experiencia y le puso al moño al trámite con una conmovedora defensa
colectiva que disimuló algunas falencias ofensivas. Luego, entre Manu,
Delfino y Prigioni lo cerraron desde la línea.
LONDRES (ENVIADO ESPECIAL).
LONDRES (de un enviado especial).- Si uno empieza a desgranar el
estereotipo de la Generación Dorada, se va a encontrar con una cualidad
inobjetable: la capacidad de sobreponerse a todo y a todos. No importa
el rival. No importa el partido anterior. Sólo importa ganar. Y así
encaró el partido con Brasil. Con la seriedad y el compromiso de
siempre. ¿Por qué? Porque son así. Y así siguen emocionando.
Fue victoria argentina por 82-77, en un encuentro cargado
de condimentos: el clásico rival, Rubén Magnano y, sobre todo, el
objetivo de acceder a la tercera semifinal consecutiva en un Juego
Olímpico. Ahora, el equipo de Julio Lamas buscará, el próximo viernes,
un lugar en la final frente al ganador de Estados Unidos y Australia, un
partido con un desenlace previsible.
La figura fue, sin dudas, el equipo. Se hizo un planteo casi sin
fisuras desde lo técnico y desde lo táctico. Por momentos, se jugó con
puntos muy altos en defensa y ataque. Pero cuando el partido se ensució,
se apeló al oficio de las individualidades. La planilla estadística va a
decir que Luis Scola fue el hombre más importante desde los números.
Con 17 puntos, lideró un goleo que también tuvo la participación
destacada de Manu Ginóbili (16 tantos, 8 rebotes y 3 asistencias) y
Carlos Delfino (16, 7 y 2).
Del lado de Brasil, hay que destacar la actuación de
Marcelino Huertas. El base de Barcelona fue el responsable de darle vida
a la ilusión verdeamarela. Con 22 puntos y 5 asistencias, permitió que
la Argentina no saque una diferencia irremontable. Hasta que en el
último cuarto apareció la clase del NBA Leandrinho Barbosa. El escolta
se despachó con 13 puntos (22 en todo el partido) y llegó a acortar la
ventaja a dos unidades. Pero el equipo de Lamas logró reponerse y cerrar
el partido sin complicaciones.
La Generación Inoxidable volvió a hacerlo. Superó a todo y a todos.
ENLACES/FUENTES:
http://canchallena.lanacion.com.ar/1497243-la-generacion-inoxidable-a-puro-coraje-vencio-a-brasil-y-luchara-por-una-medalla
http://www.ole.com.ar/juegos-olimpicos/partido-esperado_0_751725089.html
http://www.tumblr.com/tagged/manu+ginobili